Después de 7 semanas intensas de verano con Global Crew y la obtención de mi certificado de TCP, ¡por fin llega el primer reto: entrevista con Ryanair! Muchos nervios, mucha preparación y todo sobre ruedas. El próximo paso fue la espera, 14 días de incertidumbre, pero la respuesta llegó: aceptada para su próximo curso el 4 de febrero en Dublín.
De primeras, a muchos de nosotros, nos pusieron en Standby, quedando de nuevo a la espera de noticias. De nuevo, muchos nervios y mucha emoción, aunque casi perdí la esperanza de realizar el curso la fecha indicada.
Días después, el 26 de enero, nos notificaron que fuimos confirmados para el curso en Hahn (Alemania)… y allí empieza la aventura. Menos de 2 días para preparar todo: maletas, documentación, el más mínimo detalle que iba a acompañarme en aquella nueva experiencia. El 29 de enero, partimos desde Valencia y tras un largo trayecto incluyendo una escala, llegamos a nuestro querido Hahn, donde íbamos a pasar las próximas 8 semanas.
Los primeros 10 días cumplimos la cuarentena necesaria por el COVID-19, pero una vez libres, se puede describir como una de las aventuras más espectaculares. Con el comienzo de las clases, la tensión aumentaba, el tiempo se quedaba corto y el agotamiento era real. Aún así, nos mantuvimos firmes para pasar la primera fase: el Initial. Mi persona era un cúmulo de cansancio, ilusión, pero con muchas más ganas de cumplir mi objetivo.
Tras aprobar la primera etapa, comenzaron los dias de conversión. Temario mucho más practico y entretenido, aunque no bajamos la guardia. Todos los días tras las clases, debíamos dedicar mínimo 2-3 horas para repasar aquello aprendido por la mañana.
El final de esta etapa fue duro, pues cada vez se acercaba más el día de despedir a los compañeros y confiar en que pronto nos volveríamos a ver.
Con el conversion aprobado, llegó la esperada Wing Ceremony, desgraciadamente diferente a causa de las restricciones por el COVID-19, pero aún así, recibimos nuestras Wings con lágrimas en los ojos y unas sonrisas de oreja a oreja.
Me llevo una de las mejores experiencias de mi vida y sobretodo a unas de las mejores personas que podría haber conocido. Sin ellos no habría sido posible todo esto, así que siempre les agradeceré que hayan reído, llorado y sentido estos últimos 2 meses junto a mí. Un enorme aplauso a mi grupo y equipo.